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Subasta 944, Lote # 42 TALLER DE BALTASAR DE ECHAVE IBÍA (MÉXICO, 1583-1644)
SANTA DOROTEA
MÉXICO, SIGLO XVII
Óleo sobre tela
Detalles de conservación
134.5 x 97 cm
Baltasar de Echave Ibía fue hijo del célebre pintor vasco Baltasar de Echave Orio, cuya obra data del siglo XVI. Si bien el quehacer artístico de Ibía suele relacionarse con el de su padre, sus pinturas denotan claras inquietudes personales. El gusto que demuestran sus pinturas por la representación de paisajes azulados llevó a Manuel Toussaint a nombrarlo como "el Echave de los azules", convirtiéndose en su sello característico, pues, efectivamente, la paleta cromática de Ibía tiende hacia los tonos grisáceos, verdes y una amplia gama de azules.
Hasta el siglo XX, su obra había sido poco estimada por tratarse de formatos pequeños -hecho relacionado con el tipo de comisiones que recibía-; sin embargo, su quehacer artístico sería posteriormente revalorado, hasta llegar a formar parte de las colecciones públicas y privadas más importantes de arte virreinal como son el Museo Nacional de Arte (MUNAL), el Museo Nacional del Virreinato (MUNAVI) y el Museo de la Basílica de Guadalupe.
Pasados los años, Echave Ibía dirigiría el taller de pintura que su padre le heredaría, mismo en el que se formaría su hijo Baltasar de Echave Rioja. El sistema de talleres y gremios fue sumamente común en la Nueva España. Desde 1557, año en que se estableció de manera oficial el gremio de pintores en la Nueva España, y hasta 1781, que se fundó la Real Academia de San Carlos de las Nobles Artes de la Nueva España, la educación de los pintores novohispanos se impartiría a través de los diferentes talleres liderados por los artistas de mayor reconocimiento y agencia económica, política y artística; tal es el caso de los Echave.
La Santa Dorotea retratada por el taller de Echave Ibía, fue una virgen y mártir de Cesárea de Capadocia, hoy Turquía. Doncella de familia senatorial, fue sacrificada a fines del siglo III, durante el periodo del emperador Diocleciano. La historia sobre su martirio cuenta que, al ser condenada a morir por negarse a rechazar la fe cristiana, Teófilo le dijo "esposa de Cristo, mándame manzanas y rosas del jardín de tu esposo". De ahí que suela representarse con un cesto de flores y frutos, tal como la vemos en la imagen que presentamos; mientras que la palma que carga en su mano muestra su condición de mártir de la iglesia cristiana. El gran formato de la obra y el personaje representado hacen de ella una pieza sumamente singular.
Fuentes:
Ferrando Roig, Juan. Iconografía de los santos. Barcelona: Ediciones Omega, 1950.
Gibson, Danes, Baltasar de Echave Ibía, "Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas", III (1942) 15-26; Toussaint, Manuel. Pintura colonial en México. México: Universidad Nacional Autónoma de México; Instituto de Investigaciones Estéticas, 1962, 72-24.
Estimado $100,000-180,000
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